viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad con abadesa preñada y fuego amigo. Óleo sobre lienzo.

Según el Diccionario de Uso del Español, el oxímoron es una figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto. Desde la abadesa preñada de Gonzalo de Berceo en el siglo XIII al fuego amigo de nuestros días, la vocación del oxímoron es suscitar la sorpresa, despertar nuestra curiosidad, provocar la incredulidad o la ironía, y a veces, iluminar la vida con la revelación de una paradoja oculta y maravillosa (la soledad sonora de San Juan de la Cruz). Cuando el oxímoron se tensa hasta lo imposible entra en el terreno de la contradictio in terminis, fuente de jugosos chascarrillos y malvados sarcasmos como el del sardónico Unamuno que cuando le preguntaron si había leído el último número de El pensamiento navarro, exclamó: ¿El pensamiento navarro? ¡Imposible! Tenemos un editor en la Rívoli que los colecciona, compila e incrementa en función de sus propias filias y fobias, de forma que su lista incluye además de pensamiento navarro (ya todo un clásico), derecha civilizada, izquierda unida, querido compañero, feliz navidad e incluso Microsoft Works (Microsoft funciona).


La verdad, no sabemos si a ustedes feliz navidad les parece la formulación de un deseo noble y puro o un oxímoron a una contradicción en sus términos o una fórmula hueca para despachar de una vez al jefe antes de unos días de vacaciones, porque tantas cabezas, tantos sombreros. Por nuestra parte, y desde esta modesta y apasionante aventurilla con apenas un año de vida, no podemos dejar de desearles lo mejor a los que nos leen, a los que nos ignoran, a los que inspiramos, a los que nos inspiran, a los que nos ceden sus imágenes sin saberlo, a los que ignoran nuestras invitaciones, a los que no saben lo que se pierden y a los que aún se lo están pensando. Que descansen, que sueñen y que hablen con los niños.

La Rívoli.

5 comentarios:

  1. De todos los mitos y ritos que se han conmemorado en las fiestas del solsticio de invierno(saturnales, nacimiento de Jesús...) los que prefiero son los paleolíticos, en concreto el de Stonehenge: con los primeros rayos del amanecer de la noche más larga del año, la piedra talón proyecta una sombra fálica que penetra el receptáculo conquiforme de los enormes trilitos. Así, mediante esta plástica y laboriosa representación, los antiguos escenificaban el origen de la vida renovada en la primavera, una colosal copulación de la luz con las tinieblas, un polvo desvelado entre el cielo y la tierra, entre la profunda noche y el luminoso día.

    Feliz solsticio

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  2. Estimado y nunca bien ponderado Negro, déjame que sea el primero -eso sí, con cierto retraso- en desearte venturosos soles para el año que acabamos de estrenar. En cuanto a Stonehenge, creo que deberías revisar interpretaciones polvorientas (que también viene de polvo) y anticuadas sobre el famoso megalito, que ha generado mucha literatura (generalmente mala) y muy poca precisión (casi siempre imposible). Y conste que a mí en su día me encandiló Fred Hoyle con su teoría de la calculadora de piedra y la predicción de eclipses y mucho más su fascinante corolario de que el tránsito del culto solar/lunar al culto de lo abstracto/invisible era consecuencia del descubrimiento del nodo, que determina los eclipses, pero no está en ningún sitio. Pero ahora las teorías astronómicas están tan desacreditadas como la fantochada druídica así que me quedo con el corro de piedras desnudas pastoreando la llanura de Salisbury a ver qué se nos ocurre. Estupendo "Stonehenge" de Cristopher Chippindale. Con lucidez, solvencia y sentido del humor hace un delicioso repaso de las conjeturas sobre las piedras desde la edad media hasta ayer. Muy recomendable.
    Siempre un placer contradecirle.

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  3. Querido Mishkin:

    Ante todo querría hacer una rectificación a mi anterior nota, porque donde dije “Paleolítico” debería haber escrito “Neolítico”: pequeño error de sílabas, pero enorme en milenios; sobre todo si se tiene en cuenta que Stonehenge se erigió, en sus distintas fases de construcción, entre finales del Neolítico y la primera edad de los metales (Calcolítico): hacia mediados del segundo milenio a. C. y los primeros siglos del primer milenio, para entendernos.
    Celebro tu interés por el megalitismo, detalle que ignoraba, pero sería conveniente que actualizaras la bibliografía, porque desde que el coronel William Hawley excavó el recinto de la llanada de Salisbury hacia 1919 han sido muchos los avances y descubrimientos arqueológicos que permiten aventurar hipótesis razonables. Desde luego no contemplo las chorradas druídicas ni otras supercherías esotéricas, pero te recomiendo que leas los trabajos de Richard Atkinson y Stuart Piggott, así como del arqueólogo de Wiltshire J.F.S. Stone. También resultan de gran interés las interpretaciones recogidas en "Hengeworld" (Pitts, 2001) o "Stonehenge: a History in Photographs" (Richards, 2004). Así mismo es insoslayable, desde mi modesto entender, "Astronomy in Prehistoric Britain and Ireland" (Ruggles, 1999).
    Es verdad que sobre estos monumentos se han dicho muchas sandeces y se seguirán diciendo, porque excitan la imaginación y porque el desconocimiento sobre aquellos tiempos remotos, pese a los avances de la arqueología, dan cabida a interpretaciones míticas. Ya se sabe que los mitos son del tamaño de nuestra ignorancia. Sin embargo, eso no implica que, entre todas las hipótesis posibles, unas sean más fundadas que otras. En cualquier caso quizá debería haber dicho que la del “polvo cósmico” es la conjetura que más me convence, solo que no esperaba un lector tan puntilloso en estos temas. Está bien saberlo, porque en próximas intervenciones procuraré la mayor precisión y propiedad posibles.
    Un fuerte abrazo y feliz año.

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  4. Tu copiosa erudición me abruma. La verdad es que no soy ni experto ni siquiera aficionado al magalitismo más que a ratos y por resabios de vagas y difusas lecturas. Sólo conocía los dos autores que he citado antes pero tomo solícitamente nota de los que mencionas. Reconozco que tras la reciente lectura del agnóstico, escéptico aunque ecléctico Chippindale, lo del "polvo cósmico" me suena a otra majadería druídica para asaltar el recinto en la fecha señalada y hacer un éxtaxis de gaznápiros al estilo de la bola del reloj de la Puerta del Sol. A mí lo que me intrigó profundamente es lo del hallazgo en uno de los trilitos de un relieve cuya antiguedad parece probada donde se ve claramente un hacha bifaz, herramienta al parecer desconocida fuera del mundo mediterráneo. ¿Alguna docta sugerencia?
    Bueno, Negro, se te quiere.

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  5. Si era trola, hombre. ¿Acaso crees que podría haber leído esos libros en inglés? Parece mentira que no me conozcas. Todo lo que sé sobre Stonehenge, incluida la teoría del "polvo cósmico", se limita a un par de folletos turísticos y a algún documental de la tele.
    Respecto al "hacha bifaz" (sic.) que mencionas, se trata de la silueta característica de un hacha de cobre o de bronce, objeto innovador y revolucionario en aquellos tiempos y que debió llegar a la llanura inglesa -disculpa el anacronismo- en manos de algún viajero del continente. No debe resultar tan extaño pues, desde el tercer milenio a.C., la navegación de cabotaje estaba bastante desarrollada. De hecho, la cultura megalítica se difunde desde la desembocadura del Tajo por toda la fachada atlántica en un proceso que se explica mejor si tenemos en cuenta la expansión marítima de la ideología que representan los dólmenes, los menhires y los cromlech.
    Espero que a estas alturas, después de un año de dislates, los abstractos lectores de "La Rivoli" sabrán perdonar mis imposturas y trampantojos. Sobre tu paciencia jobiana y afectos -siempre correspondidos, claro- no me cabe ninguna duda.
    Con todo, mantengo la teoría del "polvo cósmico"; incluso en el campo del honor, si fuera necesario.
    Un abrazo.
    P.p.: Creo que después de un año de "La Rivoli" se hace necesaria una reunión urgente del Consejo de Redacción con dos puntos básicos en el orden del día: 1. Anuario analógico. 2. Renovarse o morir.

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                                                              RICARDO      ...