viernes, 29 de enero de 2010

Tetas

“Para superar esta prueba voy a usar una parte de mi anatomía muy poderosa [primer plano del escote]. No, no es esa: es el cerebro. Voy a usar ese músculo poderoso para afrontar esta situación.”


Este ingenioso párrafo decía una chica en un programa norteamericano que emitieron en ‘La Siete’ hace unos días en horario de máxima audiencia. Cada día que pasa la superficialidad y la tontería aumentan al mismo ritmo que el número de cadenas.

Está claro que en televisión (que para muchos vale tanto como decir en la vida) o se es una tía buena o una pringada, y salvo para intelectuales, si eres una tía buena, debes tener unas buenas (grandes) tetas: si no, no hay caso. En este programa la chica estaba delante de la cámara porque tenía unas buenas (grandes) tetas. Hay una serie, o había, que se llamaba “Sin tetas no hay paraíso”: perfecto epítome de los tiempos donde la vida de los narcotraficantes es tan atractiva.

Lástima que el cerebro, que no es un músculo, no se pueda ejercitar con un rato en el gimnasio.

Monólogo en La Catedral.


“Qué pesaditos nos estamos poniendo –me dice mi ilustre colega y flamante prejubilado E.V.- con la dichosa crisis. Una de dos, o esto no ha empezado todavía o al final la crisis más profunda que vieron los siglos se va a quedar en una simple nubecilla de verano. Mira, yo nací en el año 49 y te aseguro que para lo que se lleva ahora, éramos todos más pobres que las ratas. Eso sí, nadie hablaba de crisis. Si nos hubieran dicho que lo nuestro era una crisis, nos habríamos quedado como el personaje aquel de Molière, toda la vida hablando en prosa sin saberlo. La primera vez que oí esa palabra fue ya en los años 70 cuando la del petróleo y después no han dejado de venir crisis, una detrás de otra, crisis va y crisis viene y mientras tanto cada vez se vivía mejor. Cada 6 ó 7 años tiene que venir una crisis como para que no se nos olvide, como dice un amigo mío, que en el fondo los únicos problemas son económicos o sexuales o una combinación de ambos. Resulta que la de ahora es porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. ¿Hemos vivido quiénes? ¿Han vivido por encima de sus posibilidades no sé cuántos millones de mileuristas porque todos han querido comprarse un piso, un coche y hacer vacaciones? Pues vaya mierda de posibilidades. Y eso por no hablar de muchos para los que el mero hecho de sobrevivir ya está por encima de sus posibilidades ¿Tú has vivido por encima de tus posibilidades? Yo, tampoco. ¿Entonces por qué tengo que vivir ahora por debajo? Mi mujer ahora con que hay que ahorrar un poquito por lo que pueda pasar. Por lo visto tengo que renunciar a los viajes, a las cenas fuera y al marisco y si me apuras al Viña Tondonia, e incluso me ha dicho que por qué no nos vamos a vivir al campo… ¡Al campo, tío, esa cosa de colorines que se ve al otro lado del parabrisas entre Madrid y Barcelona! ¿Y qué se me ha perdido a mí en el campo? Nos están volviendo a todos locos. El otro día le oí decir a un melifluo de estos radiofónicos que lo bueno de la crisis es que ya vamos viendo que se puede vivir mejor con mucho menos y que a partir de ahora habrá que mirarse menos en Madoff y más en San Francisco de Asís, como si entrambos santos no hubiera mil años y millones de vidas posibles, razonables y un poquito menos extremadas. Porque la cosa va de eso, de extremos. Es que no entiendo cómo se puede poner a un fanático como modelo de nada, un santo, sí, pero un fanático con un religión preciosa que sólo vale para el que la ha inventado, como Cristo, todo el mundo habla muy bien de él pero aquí no le imita ni Dios. No y no. Yo quiero mi prosperidad, mi moderación y mi aurea mediocritas. Mira, al final, la riqueza es lo único importante. No la mía, no, la riqueza del personal. La pureza, la libertad, la justicia, la verdad... cuánto daño han hecho esas palabras a la humanidad entera, cuánta sangre, cuánta destrucción, cuánta miseria por un montón de palabras huecas. Desconfía de las personas que dicen que no se interesan por el dinero. Si es mentira, malo; si es verdad, peor. El dinero nos hace sensatos, razonables, discretos... ¿Por qué se respeta ya a los negros, a las mujeres, o por qué nadie quiere ir a la guerra? ¿Por el progreso moral de la humanidad? ¡Y una polla! La humanidad progresa porque va teniendo dinero. Tú quítaselo, a ver si los conviertes en un rebaño de anacoretas o en una manada de lobos. Bueno, qué… ¿nos tomamos otra?

miércoles, 27 de enero de 2010

Haití

Primer apunte: fragmento de un artículo publicado por Eduardo Punset en El Mundo el 14 de enero de 2010.

"Acababa de morir el dictador Papa-Doc, que había devuelto cierto nivel de dignidad a los negros frente a los mulatos, dueños del país hasta entonces. La mansión o residencia en Petionville, barrio privilegiado en la montaña que desciende hasta Puerto príncipe, la capital de Haití, se la alquilé lógicamente a un hacendado mulato, pero mis supuestas competencias en política monetaria -como recién nombrado Representante del Fondo Monetario Internacional en el Caribe- iba a compartirlas con un negro, Antonio André, gobernador del banco Central, emisor de la gourda, la moneda nacional. Eran los comienzos de la década de los 70."
Segundo apunte: de la Página inicial del Fondo Monetario Internacional (FMI) en español. Se puede localizar tal cual en Google.
El Fondo Monetario Internacional busca fomentar la cooperación monetaria internacional, afianzar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible y reducir la pobreza en el mundo entero. Fundado en 1945, es administrado por los gobiernos de 186 países miembros -casi todos los países del mundo- a los cuales les rinde cuentas.
En el Artículo I del Convenio Constitutivo se establecen los principales objetivos del FMI, entre ellos "poner a disposición de los países miembros con dificultades de balanza de pagos (con las garantías adecuadas) los recursos de la institución.
A los países con problemas el FMI les ofrece asistencia técnica: "el FMI brinda asistencia técnica y capacitación para ayudar a los países miembros a fortalecer las capacidades de concepción y ejecución de políticas eficaces. La asistencia técnica abarca ámbitos tales como política y administración tributaria, administración del gasto, políticas monetarias y cambiarias, supervisión y regulación de sistemas bancarios y financieros, marcos legislativos y estadísticas".
Tercer apunte: del libro de Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina.
1800
"Cuando la independencia de Haití se hizo inevitable, recibió el bloqueo de Francia. Cediendo a la presión francesa, el Congreso de los Estados Unidos prohibió el comercio con Haití en 1806. En 1825, Francia reconoció la independencia, pero a cambio de una indemnización gigantesca en efectivo. El país nació en ruinas y no se recuperó jamás."
1920
"Los EEUU ocuparon Haití durante veinte años y allí introdujeron la segregación racial y el régimen de trabajos forzados. Mataron 1.500 obreros en una de sus operaciones de represión (según la investigación del Senado norteamericano de 1922) y, cuando el gobierno local se negó se negó a convertir el Banco nacional en una sucursal del National City Bank de Nueva York, suspendieron el pago de sus sueldos al Presidente y a sus ministros para que recapacitaran."
1971-1975
"No muchos juegan al béisbol en Haití, pero es el principal productor de pelotas de béisbol. Los salarios de los trabajadores haitianos han perdido una cuarta parte de su bajísimo valor real. Significativamente, en este periodo entró al país un nuevo flujo de capital estadounidense."
"El FMI y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) deciden la política económica que han de seguir los países que solicitan sus créditos. (...) La AID (Agencia para el Desarrollo Internacional) es el vehículo principal de los fondos de la Alianza para el Progreso, creada en 1961 por EEUU para cooperar con sus vecinos latinoamericanos. Un tercio de los créditos de la AID se obtiene inmediatamente después de su aprobación, pero los dos tercios restantes se condicionan al visto bueno del FMI."
Cuarto apunte: visto lo visto, sólo queda felicitar al FMI y a su caballero Eduardo Punset por alquilar tan elegantemente la mansión de Petionville al negro Antonio André, suponemos que con las garantías adecuadas.

domingo, 17 de enero de 2010

3 minutos para olvidar que mañana es Lunes.

Con permiso de
Taller iconográfico de Novgorod, Da Vinci, Rafael , Botticelli, Ticiano, Boltraffio, Bellini, Perugino, Messina, Rafael, Durero, Cranach el Viejo, Reynolds, Holbein, Gobert, Netscher, Mignard, Nattier, Rokotov, Rubens, Gobert, Le Brun, el Greco, Winterhalter, Tyranov, Borovikovsky,Venetsianov, Gros, Stieler, Kiprensky, Corot, Manet, Latour, Ingres, Wontner, Bouguereau, Comerre, Leighton, Blaas, Renoir, Millias, Duveneck, Cassat, Weir, Halleu, Zorn, Mucha, Gauguin, Matisse, Picabia, Klimt, Hawkins, Magritte, Dali, Malevich, Merrild, Modigliani y Picasso.
Por gentileza de Philip Scott Johnson, autor del video (500 Years of Female Portraits in Western Art) y de Yo-Yo Ma, que interpreta la Zarabanda de la suite para cello No. 1 en Sol Mayor, BWV 1007, de J.S. Bach.

jueves, 14 de enero de 2010

El sacrificio de la doncella.


El pasado viernes 13 se publicó un interesante artículo sobre algunas supersticiones de los operadores donde en realidad se mezclaban supercherías sencillas, aunque curativas, con juiciosas prácticas avaladas por la ciencia y la experiencia. Como ejemplo de las primeras entresaco las siguientes perlas:
-No vuelvas a un mismo valor por tercera vez. Sería la versión bursátil de nuestro dicho: Tanto va el cántaro a la fuente…
-Nunca vendas un título cuando acaba de superar los 9. Con toda seguriad, se irá derecho a 10.
-El sacrificio de la doncella. Arrojar a una virgen al cráter del volcán para salvar la isla de la ira del monstruo. En medio de grandes turbulencias y violentas caídas, algunos inversores practican y recomiendan sacrificar una buena posición para apaciguar a los dioses y lograr la vuelta del mercado.
-No compres acciones con abreviaturas (ticker) parlantes o sugestivas. EAT, DISH, ZEUS, COOL, PORK, FUN…
Y como prototipo de las segundas:
-Evita los Viernes de vencimiento.
-No operes en la primera media hora del mercado.
-Nunca pongas un stop en un número redondo.
Difícilmente se librará de las supersticiones el que tenga que ganarse los garbanzos en un medio hostil donde será juguete de fuerzas ciegas e imprevisibles, como toreros y peones de brega, marinos y profesores de Secundaria. Las supersticiones colectivas de ciertos gremios (como el tabú del color amarillo en el teatro) son prácticamente imposibles de erradicar. Para desafiarlas es necesario desplegar unas dosis gigantescas de heroísmo y de optimismo racionalista, en el mejor de los casos, para nada. Si la cosa acaba bien, no tendrá repercusión alguna y si acaba mal todo el mundo lo considerará un justo castigo a la prepotencia o al aturdimiento (“anda que no estabas avisado”). Ya que hablamos de Viernes –día aciago en la cultura anglosajona- y de marinos, leo en The Ocean Almanac de Robert Hendrickson que es infausto inicar nada un Viernes, día de la crucifixión de Cristo, y menos un viaje por mar. Pero el almirantazgo británico intentó acabar con la superchería en el XIX y plantó la quilla de un nuevo barco un Viernes, lo botó un Viernes, lo bautizó como H.M.S. Friday y se hizo a la mar un Viernes, así que no creo que pueda sorprender a nadie que nunca más volviera a saberse nada ni del navío ni de su tripulación. El libro de Hendrickson no dice más pero la wikipedia, bajo la entrada HMS Friday, asegura que la historia es más falsa que un euro de madera y que es una burda leyenda portuaria. Vaya con Hendrickson.
Y ya que hablamos de traders o de toreros intentando conjurar los derrotes de los astados y los zarpazos de los osos, lo que a mí siempre me han intrigado son las supersticiones personales e intranferibles: Conozco a uno que no cursa una orden si los dos decimales no son un número primo. Un colega me confesó que estaba convencido de que la mera colocación del stop atraía misteriosamente las cotizaciones (un fenómeno que todos hemos observado alguna vez) hasta hacerlo saltar para darse la vuelta de inmediato. Para conjurar el maleficio colocaba órdenes de compra condicionadas a modo de señuelo con la idea de ir cancelándolas si el valor remontaba, con resultados bastante exiguos. Tengo un amigo soriano perfectamente incrédulo en materia religiosa que es incapaz de operar si no coloca una estampa de San Saturio debajo del ratón. Pero la mayor extravagancia de la que tengo noticia es de un operador en futuros que cambia el fondo del escritorio según le convenga que el mercado suba o baje. Si quiero verlo arriba, pone una playa tropical y si quiere verlo bajar, una foto de un fardo de paja en un campo de trigo de Ajalvir.
Dicen que ser supersticioso da mala suerte, pero eso es una superstición como cualquier otra. No conozco a nadie que no haya buscado alguna vez alivio y consuelo en alguna. Quizá sólo aquellos que tienen un minucioso conocimiento del mercado y una gran autoconfianza, dos premisas imprescindibles para salir del parquet con una malo delante y otra detrás.

miércoles, 13 de enero de 2010

Las manos limpias

Cuando era niño mi madre me insistía en lavarme las manos antes de las comidas. Yo aborrecía hacerlo porque el jabón Lifebuoy me dejaba las manos ásperas y me daba repeluco. Luego, cuando empecé a leer, me di cuenta de que eso de lavarse las manos obedece a tradiciones religiosas o de magia simpática más que a requerimientos de higiene (que también). De hecho, ahora de mayor sólo me lavo las manos cuando las tengo sucias, y no por definición antes de las comidas. De esta nota autobiográfica entenderán que para mí la palabra ‘higiene’ tiene algo de sospechoso, y no porque sea sucio.

El caso es que hoy uno puede pasar perfectamente sin lavarse las manos salvo que tenga actividades como mecánico, juez o albañil. Para la mayoría de nosotros la vida está limpia o va a estarlo pronto. Y no sólo me refiero a la ausencia de gérmenes, sino también a la ausencia de contacto directo con otras personas, que es lo que más mancha. Hoy los mayores negocios, las relaciones sociales y hasta las guerras se realizan de forma eficaz sin tiznarse las botas de barro y sin verle la cara al contrario: basta un correo electrónico, un mensaje de móvil o el disparador de un misil. Los jardines de las sociedades ricas están cada vez más llenos de flores y vacíos de personas (los de las sociedades pobres, al revés), compramos por internet, vamos solos en nuestro coche. ¿Conoce usted a sus vecinos, a las cajeras del centro comercial?

Una persona, y no una ardilla, puede atravesar España desde Málaga a Barcelona en AVE sin levantarse del asiento en cinco horas. Dará igual si fuera hace frío o calor, porque uno siempre estará a veintiún grados; dará igual si uno no ha sido previsor y no ha comido antes, porque le servirán la comida en una bandeja; puede escuchar la música que quiera en sus auriculares individuales, sin molestarse en consensuarlo con otros viajeros; no necesitará hablar con nadie: toda la información que precisa está impresa en su billete y las noticias se las servirán en los monitores. Cuando era más joven el tren de Málaga a Madrid tardaba más de doce horas, no había climatización pero se bajaban las ventanillas, y en las estaciones con tradición asaltaban el tren vendedores de vituallas. Por la noche los reclutas encendían un radiocasete con música de Los Changuitos hasta que el revisor les pedía que lo apagaran. Cuando llegaba a Madrid mi ropa tenía el olor rancio del sudor de la noche y mis ojos legañas pegadas (en los servicios siempre se encerraba un soldado borracho y nunca había agua), pero cuando el tren, despacio, pasaba por delante del imponente Ministerio de Agricultura yo no podía abrir más los ojos.

Cómo me gustaba

Cómo me gustaba tirarme a La
Piscina cuando aún quedaba agua
entrar sin ser notado
en salpicadura mínima de plata
y tan tesos mis miembros afinados
penetrar la linfa cristalina con la
discrección de un cartujo que ingresa
en su cenobio de paz y de puntillas
gozar del burbujeo voluptuoso que
ssssse extingue y
extingue lentamente y verde y azul
pero ahora frío fuego
el tesorero promete en las chabolas
pax perpetua con labios de plomo
como un Hitler de marquetería digo de
márquetin o explicado a los niños.
Ahora
mirando al sur deploro al horizonte
el vuelo gallináceo del sol invernal
y detesto mi odio.
Nievo.

domingo, 10 de enero de 2010

Museos




Un mal entendimiento de la pedagogía viene produciendo un desmedido afán de colectivizar determinadas áreas y saberes que parecían pertenecientes al ámbito privado e individual. Dejando al margen la aberración de trasladar desde las iglesias a las aulas lo que nunca ha sido ni será una disciplina intelectual; en sentido inverso, se pretende llevar las aulas a otros espacios en los que la recepción de conocimientos y emociones queda perturbada debido a la sustitución del individuo por el colectivo. Así, los museos, como los teatros, se llenan de grupos de escolares o de componentes de las más variopintas asociaciones que perciben la obra de arte desde una perspectiva casi gremial, los unos porque deben tomar nota de lo que explican guías o maestros, los otros porque si son vegetarianos solo aprecian los bodegones con berza. Aceptando que el saber asimilado en las aulas o en los libros pueda propiciar una visión mas enriquecedora de la obra de arte, el encuentro entre esta y el espectador debería ser íntimo y unívoco, como una cita clandestina en el Museo del Prado con Verónica Franco o con alguna de las madres virginales de un pintor pacense. Al recuperar su carácter individual, quien contempla un cuadro se convierte en el libre administrador no solo de su tiempo, sino de los saberes adquiridos que le sirven de pauta para la reflexión y el diálogo que es monólogo consigo mismo y con las propias sensaciones. Habría que prohibir la entrada de colegiales a los museos, especialmente si van acompañados de sus profesores, sin duda si son profesores de Historia del Arte.


Todos resultarán beneficiados. Si alguna consideración se tiene hacia la infancia y el mocerío, habría que preservarlos del tedioso deambular durante horas por salas pobladas de cadáveres no siempre exquisitos. En los tanatorios del arte solo deberían velar adultos solitarios. En todo caso, si hay que acudir siendo joven a un museo es para sentir la alegría de salir. ¡Qué alegría salir de los museos, y más si en otoño la mañana es de domingo y luminosa!


"¡Qué hermosura de realidad! ¡La vida, al salir de un museo!... No luce oro la hoja seca, canta oro, y canta rojo y cobre y amarillo; una cantada aguda y sorda, aguda con arrebato de mayor sensualidad. ¡Mujer de otoño! ¡Árbol!, ¡Hombre! ¡Cómo clamáis el gozo de vivir, el azul que se alza con el primer frío!

Juan Ramón Jiménez, Espacio.


No hay salida. Para dar una visión alternativa de la historia del arte que no refleje planteamientos fosilizados, oleadas de dinámicos y cosmopolitas directores de museo anuncian la salvación con una retórica esclarecedora: el museo deja de ser el lugar que produce los significados para constituirse en el lugar donde los significados se producen con las narrativas mas transgresoras articuladas con criterios conceptuales que se apartan de la cronología lineal dibujando nuevas cartografías superposiciones de narraciones diálogo entre géneros no podría entenderse el cubismo sin el arte africano o el cine el público se verá necesariamente transformado por una propuesta en la que el papel del visitante se tornará en mas proactivo y crítico.


miércoles, 6 de enero de 2010

400 años de autoayuda.



En mi infancia las largas tardes invernales se sobrellevaban mejor con los Juegos Reunidos y con Google. Sí, sí…, con Barney Google y con Snuffy Smith, más conocido entre nosotros como Tapón López. Tapón proyectaba una mirada ácida, a veces corrosiva, sobre eso que llaman en mi tierra la vida de pagés, un pagés intrínsecamente yanqui, estereotipo del hillbilly, el tipo de las colinas miserable y endeudado, falto de recursos y sobrado de hijos, ignorante y borrachín. Tapón no es precisamente un emprendedor. Se pasea por las viñetas arrastrando los pies, dormitando junto a una caña de pescar o afanando alguna gallina. Pero ni siquiera Tapón es capaz de sustraerse al tintineo del sueño americano. Un buen día decide que ha llegado la hora de dejar atrás la roña e invierte un par de dólares en un libro que se anuncia en un catálogo de venta por correspondencia: Cómo conseguir un millón de dólares. El libro resulta ser perfectamente sucinto, pero infalible. Opción 1: Hágase amigo de alguien que tenga una fortuna de 2 millones de dólares y pídale la mitad. Opción 2: Preséntese a un concurso de 1 millón de dólares y gánelo. Fin.


No creo que hagan mal a nadie los libros de autoayuda. Bien mirado, no hay libro que no lo sea. La excepción bien pudiera ser Cómo ganar en bolsa, Los genios de la especulación o Psicología del trader, que son autobómbicos, tautológicos y autodestructivos. Tres europeos casi estrictamente contemporáneos, Cervantes, Shakespeare y Montaigne escribieron sin conocerse las novelas, las tragedias y los ensayos de autoayuda más lúcidos y eficientes de la cultura occidental. Van un español, un inglés y un francés y se apuestan unas hojas de laurel a ver quién sostiene en vilo y con una simple pluma todo el peso de la naturaleza humana.

El que quiera un buen libro para conocerse a sí mismo en el trading y fuera de él que se deleite sin prisa pero sin pausa en los Ensayos de Montaigne, en su penetración psicológica, en su audacia sin doctrina y en su incorruptible modernidad. Quizá sólo un francés podía en pleno siglo XVI reírse de Aristóteles y atreverse a escribir que el hombre es un animal que guisa. El gran Orson Wells decía leer a Montaigne como otros leen la Biblia. Abría su Montaigne, leía un par de páginas y aseguraba que no había mayor goce en el mundo. Busco en los Ensayos y encuentro casi casi por azar:
Nuestra estructura, pública y privada, está llena de imperfección. Pero nada es inútil en la naturaleza, ni siquiera la inutilidad misma. Nada que haya sido introducido en este universo carece de su oportuno lugar. Nuestro ser está cimentado en disposiciones malsanas: la ambición, los celos, la envidia, la venganza, la superstición, la desesperanza se alojan en nosotros con un dominio tan natural que incluso en los animales se reconoce su imagen. Véase la crueldad, un vicio tan desnaturalizado: Pues en medio de la compasión, sentimos por dentro no sé qué punzada agridulce de maligna voluptuosidad al ver sufrir a otro.

Suave mari magno turbantibus æquora ventis,
e terra magnum alterius spectare laborem.

(Qué agradable es, cuando los vientos agitan las olas en el inmenso mar, contemplar desde la tierra el terrible sufrimento ajeno).
Si alguien erradicara del hombre las semillas de tales tendencias, destruiría las condiciones fundamentales de nuestra vida.
Ensayos (III,1)
¿Y esto me ayudará a ser un especulador de éxito? No. Esto sólo le ayudará a ser.

                                                              RICARDO      ...