Contra la muerte,
los mares de la infancia,
tus piernas recién bañadas
como pájaros y fuentes.
Contra la muerte,
la música y las voces,
resonando como soles
en los cielos de noviembre.
Contra la muerte,
todos los viajes de ida,
blancas alma y camisa
como mañanas nacientes.
Contra la muerte,
los jardines en domingo
y beber con los amigos
en los bares de siempre.
Contra la muerte,
la palabra y el poema,
todas las obras completas
encuadernadas en verde.
Contra la muerte
me levanto cada día
y compruebo que respiran
las mujeres y los hombres,
como vivas maldiciones
contra la muerte.
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ResponderEliminarDe acuerdo con Negro. Ya viene bien este optimismo (extraño si se piensa en el autor)- Ingeniera, anímate con la música.
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